¿Qué es KI Dojo?

Una historia y experiencia de 25 años respalda a la Academia de Karate “KI DOJO”

Nuestros Inicios: Un Viaje Familiar hacia el Karate

Hace 25 años, nuestra familia emprendió un viaje que cambiaría nuestras vidas para siempre. Nuestros dos hijos mayores, en busca de una actividad que los ayudara a canalizar su energía y a desarrollar habilidades valiosas para la vida, encontraron en el karate una puerta hacia un nuevo mundo. El mayor, en plena adolescencia, necesitaba un camino para enfocar su energía; mientras que el segundo, aún un niño, requería aprender sobre disciplina y control. Tras muchas conversaciones y reflexiones, decidimos que el karate sería la elección perfecta para ellos.

Esa decisión resultó ser más que acertada. Desde el primer día, el karate no solo les brindó a nuestros hijos una manera de ejercitarse físicamente, sino que también se convirtió en un pilar fundamental en su desarrollo personal. A través del entrenamiento, aprendieron defensa personal, una habilidad crucial en el mundo moderno, pero también absorbieron valores esenciales como la disciplina, el respeto, la constancia y el autocontrol. Estos valores, que inicialmente parecían limitarse al dojo, rápidamente se integraron en nuestra vida familiar, transformando nuestra dinámica y fortaleciéndonos como unidad.

Conforme nuestros hijos avanzaban en los grados de karate, se enfrentaban a nuevos retos que exigían un compromiso inquebrantable con la práctica. No solo se fortalecían físicamente, sino que también crecían emocional y mentalmente, creando una conexión profunda con los principios del karate. Esta travesía familiar se completó cuando nuestro tercer hijo, a la edad de cuatro años, siguió los pasos de sus hermanos mayores, y desde entonces no ha dejado de entrenar y de practicar el karate.

El Nacimiento de la Academia: Compartiendo Nuestra Pasión

Hace 17 años, inspirados por el impacto positivo que el karate había tenido en la vida de nuestros hijos, sentimos que era el momento de compartir estos beneficios con nuestra comunidad. Así nació la Academia de Karate “Kimperial Karate Do”. Lo que comenzó como una actividad familiar pronto se transformó en una misión: ayudar a otros niños, adolescentes y jóvenes a descubrir y vivir los valores que habían sido tan fundamentales para nosotros.

Elegimos un nombre que reflejara nuestra identidad: “Kimperial Karate Do”, uniendo la esencia del karate con nuestro apellido familiar. Diseñamos un logotipo sencillo pero significativo, que ha acompañado a la academia desde sus inicios.

El primer año fue un verdadero desafío. Comenzamos en un local pequeño, apenas suficiente para albergar a los primeros alumnos. Sin embargo, el boca a boca y los resultados positivos hicieron que la academia creciera más rápido de lo esperado. Pronto nos dimos cuenta de que necesitábamos un espacio más grande para poder recibir a todos los estudiantes que querían unirse.

Un año después, tomamos la decisión de mudarnos a un espacio más amplio. Este fue un paso crucial para poder ofrecer a nuestros alumnos un entorno adecuado para su entrenamiento. En este nuevo local, mucho más espacioso, hemos pasado los últimos 16 años, formando a cientos de niños, adolescentes y jóvenes, viendo cómo se convertían en personas más fuertes, disciplinadas y seguras de sí mismas.

A lo largo de los años, nuestros tres hijos alcanzaron el grado de cinta negra y adicionalmente el mayor avanzó al 4to Dan y los otros dos al 1er Dan. Aunque sus compromisos profesionales no les permiten dedicarse al 100% a la academia, eventualmente entrenan y participan en las clases, apoyando a los alumnos más destacados. Desde el inicio, nuestro hijo mayor ha tomado el liderazgo del proyecto, dedicándole pasión, esfuerzo y corazón, incluso aun viviendo en otras ciudades hace enormes esfuerzos para estar presente ocasionalmente en el Dojo así como para acompañar y apoyar a nuestros alumnos más sobresalientes en torneos regionales y nacionales.

Durante todos estos años, muchos alumnos han pasado por nuestras puertas. Aunque no llevamos un registro detallado, son muchos los que han formado parte de nuestra academia. Es un placer caminar por la ciudad y encontrarnos con familias que nos saludan y recuerdan con cariño su estancia en nuestra academia. Más gratificante aún es ver que muchos de nuestros exalumnos ahora son destacados profesionistas y padres de familia.

La Profesionalización del Negocio: De un Proyecto Familiar a un Proyecto Sostenible

Hasta ahora, la academia no ha sido un negocio rentable, más bien ha sido un proyecto de vida enfocado en ayudar a jóvenes a desarrollarse. En varias ocasiones los ingresos no han sido suficientes para cubrir los gastos, y como familia hemos tenido que subsidiar su funcionamiento. Pero hoy sentimos que ha llegado el momento de dar un paso más allá. Queremos que esta academia de karate siga creciendo, pero ahora con una visión más profesional.

Nuestro objetivo es convertir en el corto plazo a la academia en un negocio sostenible, que, aunque no busque grandes ganancias, sea completamente autosuficiente. Entendemos que la esencia del karate está en la enseñanza y el desarrollo personal, no en el lucro, pero creemos que una estructura profesional y autosostenible nos permitirá seguir ofreciendo un servicio de alta calidad a nuestros alumnos y, al mismo tiempo, garantizar la longevidad de nuestra misión.

Estamos trabajando en formalizar nuestros procesos, implementar una administración más eficiente y crear programas que no solo atraigan a más estudiantes, sino que también les ofrezcan un valor añadido. Nuestro objetivo es seguir siendo un referente en la enseñanza del karate, manteniendo nuestros valores familiares y comunitarios, pero con una estructura que asegure que esta academia continúe impactando vidas por muchos años más.

Cambio de Marca y Ubicación: Un Nuevo Capítulo en Nuestro Viaje

Hoy, 25 años después de que este viaje comenzara, nos encontramos en una nueva etapa de cambio y crecimiento. Nos estamos mudando a un nuevo local, más moderno y con una ubicación privilegiada. Este nuevo espacio no solo nos permitirá seguir creciendo, sino que también nos ofrece la oportunidad de mejorar la experiencia de nuestros alumnos, brindándoles instalaciones de primer nivel donde puedan entrenar y desarrollar todo su potencial.

Con este cambio de local, también hemos decidido que es el momento perfecto para renovar nuestra imagen y fortalecer nuestra presencia en la comunidad. Estamos en medio de un proceso de rebranding que incluye no solo un nuevo nombre, sino también una nueva marca que refleje mejor quiénes somos y hacia dónde queremos ir. Este cambio nos ayudará a posicionarnos mejor en el mercado, atrayendo a más familias que buscan una formación en karate que combine disciplina, respeto y un enfoque moderno y profesional.

El nuevo nombre de la academia es “KI Dojo”. “KI” combina la “K” de Karate y la “I” de Imperial, mientras que “Dojo” es un término japonés que significa un espacio destinado a la práctica de la meditación y las artes marciales tradicionales. Un “dojo” es más que un lugar de entrenamiento; es un espacio donde se cultivan la disciplina, el respeto y el autocontrol, mientras los practicantes exploran su camino personal.

Conclusión e Invitación: El Futuro de KI DOJO es prometedor.

Estamos emocionados por lo que el futuro nos depara y agradecidos por el apoyo que hemos recibido a lo largo de estos años. Sabemos que este nuevo capítulo en la historia de nuestra academia marcará el comienzo de algo aún más grande, y estamos comprometidos a mantener el espíritu vivo de lo que antes fue “KImperial Karate Do” y a partir de ahora será “KI DOJO”, adaptándonos a los nuevos tiempos sin perder de vista los valores que nos han guiado desde el principio.

Este es solo el comienzo de una nueva era para nuestra academia, y estamos seguros de que, con la nueva marca y ubicación, seguiremos siendo un referente en la enseñanza del karate, impactando positivamente las vidas de muchos más niños, adolescentes y jóvenes en los años por venir.

Invitamos a todos a unirse a esta nueva etapa, a formar parte de nuestra comunidad y a experimentar el poder transformador del karate en sus vidas. Juntos, seguiremos construyendo un futuro lleno de disciplina, respeto y crecimiento personal. ¡El viaje continúa!